Ciudades y erosión costera: ¿qué resiliencia en África Occidental?
Los 7.000 km de costa de África Occidental que comparten Senegal, Togo, Nigeria y otros países son cada vez más vulnerables a la erosión costera. Benín, por ejemplo, pierde una media de cuatro metros de costa al año a lo largo del 65% de su litoral. ¿Cuáles son las características de este fenómeno y las principales medidas de resiliencia tanto a escala nacional como subregional? Descúbralo en este artículo, que forma parte de nuestro especial sobre mares y océanos.
Cerca de 3.500 millones de personas viven a menos de 150 kilómetros de la costa, lo que significa que el 60% de la población mundial vive en la gran zona costera. Sin embargo, ningún continente es inmune a la erosión costera. El impacto varía de un país a otro, pero las causas suelen ser las mismas: los efectos del cambio climático (inundaciones y tsunamis), el aumento de la urbanización y la consiguiente actividad humana. Los ecologistas cuestionan a menudo ciertas actividades humanas que agravan la erosión costera, sobre todo por el debilitamiento de los cinturones de dunas.
Se trata de la comercialización de arena marina por parte de las comunidades costeras, la construcción de presas, el desarrollo de puertos y las perforaciones petrolíferas submarinas. En África Occidental, donde la costa alberga a casi un tercio de la población de la subregión y genera hasta el 56% de su producto interior bruto (PIB), la necesidad de proteger el litoral es un problema de primer orden.(PIB), la degradación de las zonas costeras cuesta a Benín, Costa de Marfil, Senegal y Togo un total de 3.800 millones de dólares al año. Según el Banco Mundial, esto equivale al 5,3% de su PIB.
En la comuna senegalesa de Bargny, esta erosión se manifiesta sobre todo en la devastación de playas, manglares y zonas agrícolas, esenciales para el sustento de las comunidades que viven junto al mar. Lo mismo ocurre en Nigeria. En este país de África Occidental, donde el crecimiento demográfico (actualmente 219 millones de habitantes, con previsión de pasar a 211 millones en 2021) ya no se frena, varios nigerianrianos se han instalado en ciudades costeras a lo largo de los años, entre ellas la capital económica, Lagos, Port-Harcourt y Ayetoro (estado de Ogun). En fecha tan reciente como junio de 2024, Ayetoro fue objeto de una espectacular subida del nivel del agua que lo destruyó todo, empezando por las tiendas de los pescadores y otras instalaciones.
WACA, ResIP West Africa Coastal Area, la principal respuesta subregional
Más allá de las consecuencias económicas, la erosión costera ya ha matado a cerca de 13.000 personas en África Occidental, según el Banco Mundial. Esta situación no puede continuar. Ha llegado el momento de encontrar soluciones. A escala subregional, la resiliencia significa aunar los esfuerzos y las estrategias de seis países. A través del Proyecto de Inversión en Resiliencia de las Zonas Costeras de África Occidental (WACA-ResIP), Benín, Costa de Marfil, Mauritania, Santo Tomé y Príncipe, Sénégal y Togo aúnan esfuerzos y estrategias desde 2018 para arreglar dunas, construir estructuras de protección y diques, y restaurar humedales, manglares, lagunas y sistemas de drenaje.
Con un coste total de 47,3 millones de euros (31.000 millones de francos CFA), la iniciativa está cofinanciada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Grupo del Banco Mundial a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF). Los primeros beneficios se esperan en la costa beninesa, donde la AIF ha concedido 36 millones de dólares para la instalación de estructuras hidráulicas rígidas a lo largo del litoral.instalación de estructuras hidráulicas rígidas en el borde del océano o en la orilla de un río para frenar las corrientes de agua y limitar los movimientos de sedimentos. La otra parte de los fondos de este socio de desarrollo financiará la "recarga de 6,4 millones dem3 de arena en el Agoué y la construcción de carriles bici y aparcamientos" en las zonas costeras de Agoué y Hillacondji.
Benín también está plantando palmeras a lo largo de su litoral.
Pero la WACA por sí sola no parece ser suficiente para el gobierno beninés, que desde 2021 experimenta con otras soluciones, entre ellas la plantación de 500.000 cocoteros y otros tipos de palmeras en su franja costera. Estas plantas son producidas localmente por el Institut national des recherches agricoles du Bénin (Inrab) y deberían tener un doble impacto a largo plazo: la lucha contra la erosión costera y el desarrollo del turismo, según el Ministerio beninés de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Los árboles, sobre todo las palmeras, desempeñan un papel importante en la estabilización de los ecosistemas húmedos y la biodiversidad del litoral. "Al igual que los manglares, los árboles costeros proporcionan un valioso refugio a los ecosistemas frágiles gracias a sus profundas raíces, y también ayudan a estabilizar el suelo. Los árboles también forman barreras naturales que ralentizan la velocidad del viento. Al reducir esta fuerza del viento, los gigantes verdes (árboles, nota de la redacción) minimizan el impacto de las tormentas en la costa y reducen la erosión", afirma la plataforma Neocean de Nueva Caledonia.
Reconstrucción socioeconómica de las comunidades costeras: el ejemplo togolés
En Togo, cuyo litoral se extiende a lo largo de 50 km, las autoridades tienen una hoja de ruta muy clara, dirigida por el Alto Consejo del Mar, que hace especial hincapié en la reconstrucción socioeconómica de las víctimas de la erosión costera. En este contexto se lanzó el proyecto de refuerzo de la resiliencia de las comunidades costeras togolesas al cambio climático (R4C-Togo), que beneficia a 70 cooperativas de mujeres que dependen de los recursos marinos. Está financiado con 8,9 millones de dólares (más de 4.400 millones de francos CFA) por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Entre asegurar el suministro de agua, recoger combustible para cocinar y calentar muchos hogares, es mucho lo que está en juego en la región de Plateaux.En 2022, las aguas desbordadas del río Mono (en la frontera con Benín, nota del editor) desataron los puentes de Ila y Anyékpada. En última instancia, el proyecto mejorará la seguridad alimentaria de 99.500 togoleses gracias a tecnologías y soluciones innovadoras desarrolladas por 2.100 empresarios locales. Sin embargo, dada la subida del nivel del mar, unida a las imprevisibles inundaciones, ¿serán realmente capaces todos estos esfuerzos institucionales de frenar la erosión costera y sus múltiples consecuencias en África Occidental?
Fuente: www.afrik21.africa/