Bélgica/En La Ferme de la Vallée, el público vuelve a conectar con la autenticidad de la tierra
En el corazón del Brabante Valón, la Ferme de la Vallée abre sus puertas el 1 de mayo para celebrar su Fête Champêtre anual. Más que una jornada festiva, es una ocasión para que los consumidores redescubran los orígenes de sus alimentos y conozcan la vida cotidiana de quienes los producen.
"La gente busca el contacto con la tierra, pero no es fácil encontrarlo", afirma Françoise Sneessens, agricultora que lleva cuatro generaciones manteniendo la tradición familiar. "La gente quiere aprender, entender de dónde vienen sus alimentos. De hecho, no necesitan mucho para asombrarse. Sólo buscan naturaleza y autenticidad , así que eso es lo que queremos ofrecerles. Descubrir el mundo de la granja. ¡Y funciona! Los visitantes, jóvenes y mayores, siempre se van con estrellas en los ojos.
El aspecto educativo de la granja, puesto en marcha en 1993, pretende recrear este vínculo fundamental. A través de experiencias prácticas, los visitantes descubren la realidad de la profesión agrícola. Del ordeño de las vacas a la fabricación de mantequilla, de la siembra a la cosecha, cada etapa revela la autenticidad de la agricultura. El 1 de mayo, los visitantes podrán sumergirse en todos los aspectos de la agricultura: "la gente podrá esquilar ovejas, hacer mantequilla, descubrir a los animales y hacer un recorrido descalzo, que ofrecerá 11 sensaciones diferentes. Habrá un jardín de aromas, un hotel de insectos y paseos en tractor. Enresumen, se trata de una auténtica jornada de naturaleza en la que la gente puede volver a conectar con la tierra", señala Françoise.
Una granja puede ser mucho más que un lugar de producción
"Cuando la gente mete las manos en la tierra o ayuda a elaborar sus propios alimentos, comprende realmente de dónde proceden los productos", explica la agricultora. Esta reconexión con el mundo de la agricultura cambia las perspectivas de la gente. Los visitantes se van con una nueva conciencia de sus alimentos y del trabajo de quienes los producen. "También les enseña a respetar a los animales. Los niños que aprenden a respetar a los animales aprenden indirectamente a respetarse a sí mismos y a los demás".
Este año, la participación de los Pionniers de Ways en la organización añade una dimensión adicional, demostrando que la agricultura también puede ser un campo de compromiso para los jóvenes: "Unos diez de ellos vendrán a ocuparse de los aperitivos y las bebidas", explica Françoise. Su participación les permitirá financiar su viaje a Tailandia este verano.
La Ferme de la Vallée también ofrece visitas familiares, previa cita, durante todo el año."Esun gran éxito", dice Françoise. "Acogemos a pequeños grupos de hasta cuatro adultos y sus hijos para visitas económicas.
En un momento en que los temas alimentarios ocupan un lugar tan central, estas oportunidades de encuentro entre productores y consumidores se hacen imprescindibles. La Ferme de la Vallée demuestra que una granja puede ser mucho más que un lugar de producción: puede ser un lugar donde se reconstruye el vínculo vital entre las personas y la tierra.
Fuente: www.rtbf.be/