Vietnam/ Los créditos de carbono, una fuente de financiación ecológica y sostenible para Vietnam
Con un valor de mercado mundial estimado en varios cientos de miles de millones de dólares para 2050, el crédito de carbono ya no es sólo un indicador medioambiental, sino que se está convirtiendo en un motor de desarrollo económico sostenible.
En un contexto de grave cambio climático mundial, los créditos de carbono se perfilan como un importante instrumento financiero para acelerar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Con un valor de mercado mundial estimado en varios cientos de miles de millones de dólares para 2050, el crédito de carbono ya no es sólo un indicador medioambiental, sino que se está convirtiendo en un motor de desarrollo económico sostenible.
El crédito de carbono, camino de convertirse en una "moneda
El crédito de carbono, o certificado de carbono, es un instrumento esencial para medir y gestionar los gases de efecto invernadero (GEI) evitados, reducidos o eliminados, equivalentes a una tonelada de CO? retirada de la atmósfera.
Considerado como una especie de "permiso" por el derecho a emitir GEI, sin embargo, sólo se concede a proyectos capaces de demostrar una reducción de emisiones superior a la situación de partida, lo que se conoce como "adicionalidad".
Según el Institute of Corporate Finance, este título puede comprarse o venderse: su titular puede compensar sus emisiones financiando proyectos de reducción de CO?, contribuyendo así a frenar el calentamiento global.
Este concepto apareció por primera vez en el Protocolo de Kioto de 1997 y se reforzó con el Acuerdo de París de 2015, ambos fomentando el uso de créditos de carbono como instrumento de compensación basado en el mercado, apoyando programas de reforestación, energías renovables o tecnologías limpias.
Según Betty Pallard, Directora de Visión de ESGs & Climate Consulting: "Loscréditos de carbono tienden a convertirse en una moneda, un producto financiero derivado en la encrucijada de campos que raramente se asocian: la naturaleza, las finanzas, el patrimonio de la tierra e incluso el conocimiento y los datos".
Los créditos se presentan en tres categorías: blanca (tecnologías de captura de CO?), verde (bosques, vegetación) y azul (agua), cada una dirigida a un objetivo específico.
"No se trata de las clásicas transacciones de créditos, sino de una inversión colectiva en proyectos que generan créditos de carbono, es análogo a un bono", señala.
No obstante, el mercado tiene que superar importantes retos, sobre todo la falta de transparencia y el riesgo de "lavado verde", lo que exige criterios internacionales rigurosos.
La dinámica mundial del mercado de créditos de carbono
Ante la emergencia climática, el mercado del carbono se está convirtiendo en un instrumento clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según algunas estimaciones (de Refinitiv), el mercado alcanzará los 1,5 billones de dólares en 2024 (es decir, unos 15,7 billones al año), con una expansión prevista en 2025 impulsada por los compromisos de la COP29 y mecanismos europeos como el CBAM.
Según el Instituto de Mercados de Carbono, unos 73 regímenes voluntarios u obligatorios de comercio de derechos de emisión cubren casi el 23% de las emisiones mundiales, generando cerca de 100.000 millones de dólares en 2022, el 98% de ellos a través de programas obligatorios.
En Europa, el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) es ejemplar, con créditos que se negocian a entre 80 y 100 dólares por tonelada gracias a una regulación estricta y datos transparentes. En China, está previsto relanzar el programa CCER en 2025. En la República de Corea se fomenta la participación voluntaria de las empresas. Sin embargo, las catástrofes naturales, como los incendios y las inundaciones en Canadá, pueden provocar la desaparición repentina de créditos, lo que pone de manifiesto los riesgos de volatilidad y desigualdad en función de la fiabilidad de los datos.
Perspectivas para Vietnam
Vietnam participa activamente en los esfuerzos mundiales para limitar el calentamiento global a 2 °C en el marco del Acuerdo de París, con una reducción del 28 % de las emisiones para 2030.
Con casi 14,7 millones de hectáreas de bosques, el país podría absorber hasta 70 millones de toneladas de carbono al año. En asociación con el Banco Mundial, ha generado 10,3 millones de toneladas de créditos de carbono en la región Norte-Centro, recibiendo 51,5 millones de dólares de financiación.
Las negociaciones con la iniciativa LEAF pretenden ampliar estos proyectos a las tierras altas centrales y al centro-sur, movilizando los recursos forestales para crear valor económico al tiempo que se protege el medio ambiente.
El doble mercado, obligatorio y voluntario, abre importantes oportunidades financieras, siempre que se adopte rápidamente un marco legislativo que estimule los proyectos forestales.
LaSra. Pallard concluye: "Vietnam tiene una ventaja considerable en la escena mundial del carbono. Los vietnamitas destacan en matemáticas, una baza esencial a la hora de medir y certificar los créditos de carbono. Además, nuestra proximidad histórica a la naturaleza nos proporciona unos conocimientos técnicos que otros aún no han adquirido.
Con una economía agrícola dominada en un 92% por las PYME, Vietnam puede establecer un modelo de mercado adecuado, integrando la restauración del suelo en su ambición de neutralidad de carbono.
Insiste: "Enel juego de los créditos de carbono, Vietnam puede desempeñar un papel importante", sobre todo porque las emisiones per cápita son bajas (3,6 toneladas/año, frente a las 17-18 toneladas de Estados Unidos o las 9 toneladas de Europa), lo que refuerza su posición estratégica en el sector agroforestal.
Fuente: lecourrier.vn/