Johanna Hawari Bourjeily: promover una cultura de la mediación en Líbano no está exento de dificultades
La mediación desempeña un papel crucial en la resolución de conflictos, ofreciendo un espacio de diálogo y entendimiento que fomenta la paz y la reconciliación. En un mundo en el que las tensiones sociales y políticas son omnipresentes, esta herramienta se hace indispensable para construir y restablecer vínculos. Es en este contexto en el que Johanna Hawari Bourjeily, fundadora y directora del Centro de Mediación Profesional de la Universidad Saint-Joseph de Beirut, socio de la AUF desde hace mucho tiempo, está apasionadamente comprometida. Ella comparte su experiencia y su visión de la mediación, e ilustra cómo ésta puede transformar vidas y reforzar el tejido social en un país que busca la paz.
Entrevista con Johanna Hawari Bourjeily, que también es Presidenta de "Médiateurs Sans Frontières Liban" y miembro de la Comisión de Mediación de la Conferencia Regional de Rectores de la AUF Oriente Medio.
- ¿Cuál es el mayor reto al que se enfrenta hoy en día en el ámbito de la mediación y cómo responde a él el Centro de Mediación Profesional?
En primer lugar, me gustaría definir la mediación, que es un proceso alternativo de resolución de conflictos en el que interviene un mediador, un tercero neutral e imparcial. El papel del mediador es guiar a las partes en desacuerdo en la búsqueda de una solución satisfactoria a sus diferencias. En este sentido, este proceso rápido, confidencial, informal y poco costoso difiere de los procedimientos judiciales y del arbitraje.
La cultura de la mediación es una auténtica herramienta de pacificación y reconciliación, pero promoverla en el mosaico cultural y comunitario que es el Líbano implica muchos retos, agravados por las crisis económicas, sociales y políticas, y ello en un contexto de guerras regionales.
Para hacer frente a estos retos a varios niveles, el Centro de Mediación Profesional (CPM) de la Universidad Saint-Joseph de Beirut adapta y reajusta regularmente sus intervenciones y acciones a la realidad sobre el terreno.
Por ejemplo, en respuesta a la crisis económica, el CPM organiza sesiones gratuitas de sensibilización y formación en mediación para miembros de asociaciones y ONG. Del mismo modo, mediadores profesionales trabajan de forma voluntaria en este tipo de instituciones para ayudar a las personas desfavorecidas a resolver sus problemas.
Además, durante la guerra que acaba de atravesar el país, la CPM organizó talleres de escucha y facilitación en algunos centros de acogida de desplazados. El objetivo de estos talleres era prevenir y gestionar las tensiones y preservar así la convivencia social.
- ¿Cómo valora la colaboración entre la CPM y la AUF? La colaboración entre la CPM y la AUF (Dirección Regional de Oriente Medio) comenzó en 2016. Se concreta en la organización de eventos (conferencias, concursos de mediación) y la puesta en marcha de talleres de sensibilización y formación en mediación y comunicación positiva en las universidades pertenecientes a la red de la AUF en Líbano, Jordania, Egipto, Sudán, Irak, Siria y Palestina.
Estas formaciones, destinadas a estudiantes, personal administrativo y docente de las universidades asociadas, tienen como objetivo transmitir conocimientos, técnicas y herramientas, pero también formar en el comportamiento. En otras palabras, ayudar a los participantes a adquirir una postura asertiva y benévola reforzando sus capacidades emocionales, comunicativas y relacionales, permitiéndoles así desempeñar un papel en la construcción de sociedades civiles pacíficas desde los campus hacia arriba.
La asociación entre la CPM y la AUF es sólida y duradera porque se basa en valores humanistas compartidos, a saber, el respeto de la cultura de nuestras respectivas instituciones, la solidaridad, la flexibilidad y la confianza.
Lo que también une a la CPM y a la AUF es el deseo de promover los principios de la Francofonía, como el diálogo entre culturas, la educación para la paz y la igualdad de género.
- ¿Puede compartir alguna anécdota llamativa en la que la mediación haya supuesto un cambio real para una persona o una comunidad?
Tras la guerra de julio de 2006, la CPM, en colaboración con la Association Médiateurs sans Frontières y el Movimiento Social Libanés, puso en marcha un proyecto que reunía a 75 jóvenes de entre 14 y 20 años de distintas confesiones y regiones.
En particular, recuerdo a dos grupos de jóvenes de pueblos vecinos del sur del Líbano que se negaban a hablar entre sí o a reunirse debido a sus diferencias políticas y comunitarias.
Nuestro trabajo como mediadores consistió inicialmente en crear espacios neutrales y confidenciales de diálogo y escucha, para animarles a En una segunda fase, les ayudamos a acercarse los unos a los otros sin juzgarlos ni prejuzgarlos.
Al final de este proyecto, estos jóvenes, que se habían demonizado mutuamente sin siquiera conocerse, acabaron formando una hermosa amistad basada en la comprensión mutua, el diálogo constructivo y el respeto de la diferencia.
Esta toma de conciencia de sus verdaderos deseos, distintos de los de sus familias y comunidades, les dio confianza en sí mismos y, en consecuencia, les permitió abrirse a los demás. A partir de entonces, empezaron a encontrar comportamientos comunes y aspiraciones similares, como pertenecer al mismo país y a la misma nación.
- ¿Qué consejo le daría a alguien que desee emprender una carrera en mediación? Si bien es cierto que la mediación ha existido de manera informal y tradicional durante siglos, se institucionalizó en torno a 1970 en los países occidentales. Poco a poco se ha convertido en un proceso institucional regido por una normativa y un código deontológico y de conducta profesional. En el Líbano, el CPM es el primer centro de mediación que ha puesto en marcha un programa de formación profesional para formar a mediadores competentes para ejercer la mediación en diferentes ámbitos: social, familiar, comercial, intercultural, comunitario, etc. Por consiguiente, el consejo que yo daría a cualquier persona que desee convertirse en mediador es, por supuesto, que siga un curso de diplomatura. Durante esta formación, adquirirán conocimientos, herramientas y técnicas como la escucha activa y empática, la comunicación no violenta, la facilitación, etc., así como competencias interpersonales de calidad para sí mismos y para los demás. Porque no puede haber paz exterior sin paz interior. En este sentido, veo la mediación como una misión y al mediador como un pacificador que trabaja con la gente y para la gente. Y si es cierto que hacen falta héroes para hacer la guerra, me gustaría decir que hacen falta seres humanos para hacer la paz.
Fuente: www.auf.org/