Optar por una cooperación interregional más amplia

Publicado el 05/06/2021 | La rédaction

Las consecuencias de la pandemia del Covid 19 en la ralentización del comercio internacional nos animan a buscar la sinergia del potencial regional y la cooperación interregional como posibles soluciones para un desarrollo económico y social equilibrado de nuestros territorios.

Por Emmanuel Argo

La transformación económica provocada por la globalización acelerada de los intercambios comerciales ha profundizado las desigualdades de desarrollo, y son sobre todo las antiguas regiones industrializadas las que pagan el precio desde hace casi treinta años: La transferencia de puestos de trabajo de la industria a los servicios no se ha producido como estaba previsto a finales del siglo pasado. Así, al igual que en otros países europeos, una decena de grandes metrópolis concentran hoy en día la actividad económica, los centros de investigación (I+D), las asociaciones, los hermanamientos y los emparejamientos, y la formación profesional conducente a la obtención de títulos... Todos estos son caldos de cultivo para empleos cualificados e incluso altamente cualificados que atraen a la población joven y formada de ciertas regiones que luchan por repuntar.

Al mismo tiempo, en las zonas desatendidas, las autoridades locales y regionales gestionan el presente con subvenciones para mantener a las últimas empresas en activo; o apuestan por el futuro, invirtiendo en aquellas que les ofrecen la promesa de puestos de trabajo. Ya sabemos lo que vale esto: unos años de actividad y, al final, una deslocalización a otros países con reputación de mano de obra barata y fiscalidad favorable. Por su parte, la economía social y solidaria, que ha tenido experiencias muy honrosas, mantiene en cierta medida el empleo, pero no tiene la vocación de invertir en una política de grandes obras o de reindustrialización respetuosa con el medio ambiente.

En consecuencia, se plantea la cuestión fundamental del desarrollo de las potencialidades locales y regionales como soporte del desarrollo económico, para atraer a los inversores con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población.en atraer a los inversores para evitar el declive demográfico que, a su vez, provoca un descenso de la actividad económica. Evidentemente, esto requiere la movilización de las herramientas más innovadoras para un proyecto decididamente volcado hacia el futuro sin nostalgia del pasado.

Por el momento, desconocemos las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de Covid 19, y actualmente existe la incertidumbre de si la recuperación será idéntica a la que hubo. En cualquier caso, hay que abordar la cuestión urgente de las desigualdades de desarrollo entre nuestras regiones: En primer lugar, haciendo un inventario exhaustivo de la riqueza de los terruños de cada una de estas regiones, y en segundo lugar, estableciendo complementariedades entre ellas. Así pues, se trata de abandonar la actitud de espera y comprometerse con una política ambiciosa de esfuerzos compartidos e inversiones orientadas al futuro, teniendo en cuenta los siguientes elementos: los efectos de la pandemia mundial y los de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

Por su parte, los territorios ultramarinos, al igual que varias regiones de Francia, sufren el envejecimiento demográfico, el desempleo y el empobrecimiento de los pobres.y el empobrecimiento de los más vulnerables, apoyados por la fuerte inmigración ilegal, la inseguridad y la economía paralela. Sin embargo, en estos territorios existe un verdadero potencial de desarrollo, ya sea en forma de recursos agrícolas o pesqueros, o de energía renovable, o en forma de paisaje, patrimonio y cultura. Además, existe una diáspora competente repartida por todo el mundo que desearía plantearse un "retorno a la tierra natal".

Estos territorios franceses de ultramar, que concentran recursos con gran potencial para el desarrollo de una economía orientada al futuro, permiten a Francia Francia posee un espacio marítimo que abarca una Zona Económica Exclusiva (ZEE) de aproximadamente once millones de km2 _ la segunda mayor del mundo_ y que se extiende por 3 océanos: el Océano Pacífico, el Océano Atlántico y el Océano Índico.

Además, la riqueza territorial marítima debería tenerse más en cuenta en los planes y ejes de desarrollo, en relación con los llamados Acuerdos de París resultantes de la COP 21. Esta decisión debería dar un impulso a la economía azul que beneficiará al mayor número de personas, en particular a las poblaciones ultramarinas.

En cuanto al periodo posterior al Brexit, existen otras oportunidades de desarrollo para determinadas regiones de ultramar. Los pequeños estados independientes vecinos del Caribe, con los que comparten historia y lengua, las autoridades regionales de Guadalupe, Guayana Francesa y Martinica, por ejemplo, también situadas en Mesoamérica, tienen la oportunidad de desarrollar sus economías.Las autoridades regionales de Guadalupe, Guyana y Martinica, por ejemplo, también situadas en Mesoamérica, podrían servir de motores económicos subsidiarios de alto valor añadido estableciendo asociaciones win-win con sus vecinos. Para ello, están la OECS - Organización de Estados del Caribe Oriental, la CARICOM - Mercado Común del Caribe y, geográficamente, la ASEAN - Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. Si todos ellos son actores interregionales ineludibles, la piedra angular siguen siendo los acuerdos de asociación entre los llamados países ACP y los de la Unión Europea, conocidos bajo el acrónimo ACP-UE.

Todos estos organismos convencionales ofrecen recursos financieros y asignaciones que suelen conocerse como Fondos Estructurales, siendo los más solicitados el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE).Sin embargo, existen otros fondos específicos, sobre todo para las regiones ultraperiféricas, pero su existencia parece ser desconocida. Es evidente que estas herramientas de desarrollo no se utilizan suficientemente, sobre todo en las regiones y comunidades francesas de ultramar. ¿No ha llegado el momento de crear un POOL de cooperación en toda regla que tenga en cuenta el déficit de asociación con los países ACP vecinos?

No podemos seguir profundizando en las desigualdades que generan el éxodo rural, la inmigración, el resentimiento social y la creciente frustración de los que se quedan atrás. La estabilidad de nuestra democracia está en juego. Por tanto, hay que optar por un desarrollo equilibrado de las regiones, tanto en Francia como en los territorios franceses de ultramar, en lugar de una concentración espacial en torno a unas pocas grandes áreas metropolitanas, actuando para mejorar la calidad de vida.Por lo tanto, hay que optar por un desarrollo equilibrado de las regiones, ya sea en Francia o en los territorios de ultramar, en lugar de una concentración espacial en torno a unas pocas grandes metrópolis, llevando a cabo acciones de desarrollo no sobre la base de la rivalidad o la competencia, sino sobre la base de una complementariedad razonable, justa y sostenible. Para romper con esta lógica de la precipitación y del sálvese quien pueda con el pretexto de que no hay elección, es necesario concebir la aplicación de un Programa Geoestratégico de Desarrollo Económico y Social.Para romper con esta lógica de ir por libre y de sálvese quien pueda con el pretexto de que no tenemos otra opción, hay que elaborar un Programa Geoestratégico de Desarrollo Económico y Social que tenga en cuenta las especificidades y el potencial de cada uno de los territorios de Francia y de ultramar.

En conclusión, en el marco de la cooperación interregional dentro de Francia y entre Francia y los territorios de ultramar, hay que fomentar las asociaciones, ya que los territorios de ultramar no son los únicos que deben participar. Los territorios franceses de ultramar ofrecen oportunidades comerciales y puntos de venta en gran parte del mundo. Para ello, los puertos franceses deben ser los primeros actores que se adapten mejor a los intercambios interregionales.

Esto requiere sobre todo una voluntad política a escala nacional, un refuerzo de la descentralización y de su autonomía de decisión. Una vez definida y adquirida la perspectiva global, puede desglosarse en proyectos endógenos intermedios y complementarios coherentes. Los territorios asociados funcionarían entonces como una red para federar iniciativas y poner en común recursos. En este contexto regional, suprarregional e internacional, los SYDRES1 ofrecen un concepto organizativo para la creación de redes de socios (empresas, bancos, autoridades locales y otros inversores, etc.) basado en un único centro, que es el líder del proyecto, referente y coordinador.

Sin embargo, esta sinergia de nuestros puntos fuertes sólo será efectiva si nuestra autoestima y confianza prevalecen sobre nuestro miedo al futuro. Es nuestro deber dejar a las generaciones futuras un país dinámico que se apoye en la riqueza de su tierra y su gente.

1 SYDRES: Neologismo internacional creado por Emmanuel Argo que significa : ''Synergies pour des Développements Régionaux Economiques et Sociétaux/ Synergies for Development of Regions and Societies/, SYnergías por el Desarrollo Regional Económico y Social/, SYnergias por el Desarrollo Regional Económico y Social''.


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comentarios

MichaudLe 09/06/2021 à 17:32

Tout est dit !

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